domingo, 27 de mayo de 2012

Nada que perder

Las revoluciones no las hacen los más cultivados, tampoco los proletarios, ni los líderes, ni los comunistas, los anarquistas, etc.... Las revoluciones las hacen quienes piensan que no tienen nada que perder,. Esos son los que se lanzan a destrozar a los poderosos. La Revolución de Octubre en Rusia cogió a todos los expertos europeos descolocados. ¿Cómo puede haber una revolución proletaria si no hay fábricas?, decían. Ellos suponían que la lucha revolucionaria empezaría en los países más desarrollados, donde había consciencia de clase, partidos obreros y capacidad sindical. Pero esos obreros europeos de los países industrializados sí tenían cosas que perder, sus trabajos, sus familias, sus esperanzas de cambiar las cosas. Efectivamente en Rusia fabricas no había, lo que había es mucha miseria y muy poca esperanza.
Poca esperanza, ¿no os suena? En España empieza a haber gente con poca o nada de esperanza en el futuro. Gente que no tiene nada que dar de comer a sus hijos. En diferentes lugares del estado se están planteando abrir los comedores escolares en verano, ya que muchos niños españoles solo hacen esa comida al día. Aquí en Andalucía una de cada tres personas no tienen trabajo ¿Que pasará cuando esas personas se queden sin subsidios? Se quedaran también sin esperanza. Cuando tienes mas de cuarenta años y estás en paro las esperanzas de encontrar un nuevo empleo son escasas. Ya se encargan los medios de desinformación de decírnoslo.
Aquí ya hay muchos que piensan que no tienen nada que perder, pero están solos, avergonzados, aislados. Piensan que es culpa suya la situación, que están en paro y pasan hambre por su incapacidad para adaptarse al mercado, al puto mercado. ¿Cuánto tiempo falta para que esas gentes se den cuenta que esto no es culpa suya y de que hay muchos como ellos?
Al paso que vamos no mucho, vivimos un tiempo en el que los políticos solo se preocupan de los patronos, de proteger sus ganancias. Eso es lo importante para ellos, que la grandes empresas sean fuertes. Para que crezcamos nos dicen. Crecer, curiosa palabra que tiene distintos significados. Para mi crecer es vivir con dignidad, que mi hija pueda estudiar y ser lo que quiera. Que yo pueda tener este rato escribiendo y tiempo para jugar y hablar con mi familia. Tener una vivienda digna y un trabajo útil. Tener unas empresas del estado fuertes, trabajar entre todos para que sean más fuertes y nos den servicio a todos. Todo eso es crecer para mi. Pero ¿qué es crecer para el gobierno? Que las grandes empresas produzcan más y más a cualquier precio. Que Rato y el marido de la Cospe tengan sus hospitales, perdón nuestros hospitales. Que empresas esclavistas se instalen en España, montando líneas de producción al estilo asiático y prostíbulos del juego. Ese es el crecimiento para ellos. Porque el único interés del estado es producir, lo que sea, como sea. Ese es su crecimiento y el que quieren para nosotros. Eso es lo bueno, nos dicen. ¿Ese crecimiento es el que queremos nosotros? Yo desde luego no.
¿Qué podemos hacer? ¿Esperar a que la situación se deteriore tanto que haya una revolución? Pongámonos las pilas e intentemos cambiar las cosas ahora que aun hay tiempo, hagamos una revolución informativa, trasmitamos lo que vemos, lo que pensamos. Que todos vean lo que nosotros ya vemos, que este no es el camino, que en el gobierno están equivocados. Que antes están las personas que el dinero. En definitiva, que hay otra manera de crecer, de que crezcamos todos y no solo ellos.
Salud a todos.

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