miércoles, 23 de julio de 2014

El Estado y el BBVA se ríen de nosotros.

Lo que está pasando con la banca en este país supera todos los límites de lo que se puede aguantar. La desfachatez es tremenda.

Veamos lo que sabemos de la venta de Catalunya Banc. De los 1.187 millones que se supone ha pagado el BBVA, resulta que el 34% de ese dinero va a los inversores privados de la caja (al parecer el estado solo tenía el 66% de la caja), 320 millones se les queda Mafre por la ruptura de no sé qué acuerdo y por último, el estado concede al BBVA 267 millones en créditos fiscales que no sé cómo se incorporan al precio sumando. Así que al final el estado recibe menos de 400 millones por la venta.

El estado le concede al BBVA por la gentileza de quedarse con la caja: el perdón de los 12.600 millones inyectados en la caja, la garantía del estado de que pagará el todas las preferentes que están en litigio en el caso (muy probable) de que haya que hacerlo, 3.553 millones de euros que la caja tenía en créditos fiscales y una cartera de créditos concedidos saneada, ya que el estado se ha quedado con todos los créditos morosos.

¿Qué obtiene el BBVA con la compra? Un patrimonio de 2.630 millones, unos activos de 63.000 millones, 40.000 millones en depósitos de los clientes, una cartera crediticia saneada, ya que el estado se quedó con todos los créditos problemáticos y libertad absoluta para cerrar oficinas y despedir a todos los trabajadores.

Toda esta información la he sacado de las páginas de economía del periódico el país. ¿De verdad esto es lo mejor para los contribuyentes? ¿De verdad estos rescates son mejor que dejar caer la caja?


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